Claves para avanzar en convivencia
y mediación escolar

La buena convivencia escolar es la base para la formación de una ciudadanía que facilita el desarrollo y el entendimiento entre las personas, la superación de las prácticas discriminatorias, la colaboración y la solución pacífica de las diferencias. Ella es un requisito de educabilidad; sin ella un establecimiento educacional carece de capacidades para cumplir sus propósitos más importantes.

Avanzar en una buena convivencia escolar implica saber articular bien los proyectos de vida de los participantes de la comunidad (estudiantes, padres, docentes, directivos), con la formación para el diálogo, la participación, la integración social, las actitudes democráticas y el ejercicio de su libertad. No es sólo un ambiente facilitador y reglas compartidas; son prácticas, actuaciones, contenidos curriculares, evaluación y gestión.

Lo anterior demanda capacidades y liderazgo de los responsables de las comunidades (sostenedor, directivos, educadoras y docentes, asistentes) para instalar y promover los contenidos, las prácticas y la cultura de una buena convivencia. Ya no basta la buena voluntad o la disposición; demanda planificación, monitoreo constante, evaluación y mejora continua. Ello incluye la mediación como un instrumento que facilita la buena convivencia escolar.

El Cuaderno de junio está dedicado a los temas de convivencia y de mediación escolar. La perspectiva es conceptual y de servicio, tanto respecto de la necesidad de formar, como de asesorar y apoyar a las comunidades educativas. Este Cuaderno anuncia la instalación en esta universidad de un Programa de Mediación Escolar, que integra los esfuerzos de las facultades de Psicología y de Educación.

En el espacio de actualidad educativa se incluye un artículo que revisa los paradigmas desde los cuales comprender mejor las decisiones de política educacional, pasadas y actuales.

Carlos Concha, director de la escuela de Educación Continua.