- Desde 2019, la estudiante de cuarto año Valeria Rojas, es Tutora Par en Educación Parvularia. Su acompañamiento ha sido fundamental en el proceso de inserción para quienes ingresan a la universidad.
Soy tutora par desde 2019 y mi rol es acompañar a mis compañeras no solamente en lo académico, sino también en lo emocional, personal, compartir y hablar con ellas. He intentado transmitirles que soy igual que ellas, ya que también soy estudiante y aprendo de ellas, así como ellas aprenden de mí.
He aprendido a conocer el ritmo de cada una, no todas somos iguales. En lo personal, el primer año en la universidad no me costó mucho, pero veo que a algunas de las tutoradas sí les ha costado trabajar.
El conocer el ritmo de las estudiantes es algo significativo para mí rol como educadora, porque tengo que conocer a cada uno de los niños y las niñas que voy a tener en el aula y las características de cada uno.
Por ejemplo, darme el tiempo de conocerlos y poder hacer quizás la misma actividad para todos, pero con distintas oportunidades. Eso mismo hago con las estudiantes. A algunas no le gusta reunirse por Zoom porque les da vergüenza o no quieren conversar en grupos, entonces prefiero reunirme con ellas de manera individual o solo por WhatsApp.
En este tiempo que las he acompañado hemos avanzado en el ámbito académico, ayudándoles a revisar los trabajos que más les costaban. El semestre pasado en uno de los ramos que tenían, no entendían muy bien cómo realizar el informe. Explicarles fue lo primero que me ayudó para generar un acercamiento y después, cuando tuvieron más confianza, empezaron a conversar más y contarme los problemas que tenían.
A las próximas tutoras pares, les diría que deben saber que todas somos distintas. Que lo primero que tienen que intentar hacer es tratar de conocer a sus tutoradas. Lo segundo que una es par de ellas, yo puedo aprender de lo que ellas saben y ellas aprender de lo que sé. Recuerdo que en la primera reunión estuvimos las cinco y no todas conversaban y yo dije: aquí algo pasa. Como no todas se sentían cómodas en grupo, me comencé a reunir de manera individual. Es bueno ir probando.
En nuestro equipo de tutoras pares todas trabajamos en conjunto. Si tengo alguna duda -por muy puntual o mínima que sea-, sé que puedo contar con la ayuda de mis compañeras. Eso ha sido lo más significativo para nosotras. Saber que no estamos solas y que también contamos con el apoyo de la profesora.
El ser estudiantes tutoras es valioso porque les hacemos saber que no están solas, que cuentan con alguien que tiene experiencia en la universidad. Poder asesorarlas en aspectos como dónde ver las notas o cómo sacar los porcentajes o los ramos de los OFT. Esas cosas tan pequeñas de repente hacen la diferencia. El saber que tienes a alguien a quien le puedes preguntar cosas que ellas pueden pensar que no son importantes y tener alguien que les responda, es valioso. Siempre les digo que me pueden preguntar lo que sea. Por ejemplo, el correo de alguna profesora, y si estuviéramos en la universidad ¿dónde está el baño? o ¿dónde se imprime? Cosas así de sencillas, siempre las podré ayudar.
Creo que en las tutorías aún falta desarrollar el trabajo en grupos. Me pasa que ninguna de las chicas que acompaño son amigas o compañeras cercanas, entonces creo que hay que desarrollar más habilidades respecto a trabajar con distintas personas. El momento de reunión que tenemos es super valioso para ellas, además no han tenido la posibilidad de interactuar físicamente durante el semestre. Entonces el conocerse entre sí, es muy importante cuando les toca realizar trabajos en grupos y más aún en tiempos de virtualidad.