Por Viviana Ovando
La fuerza laboral en educación inicial, en Chile y el mundo, es representada casi en su totalidad por mujeres. Este fenómeno se explica por la alta feminización de la profesión, derivada del régimen de género que asigna roles y funciones específicas dentro del mundo del trabajo. Lo anterior ha provocado la baja participación masculina en este nivel educativo (27 hombres que se encuentran actualmente activos en Chile y 26.999 mujeres en total) y la estigmatización social de aquellos hombres que deciden ejercer esta profesión.
Para abordar este fenómeno, el objetivo general de la investigación consistió en analizar las trayectorias formativas y profesionales al interior del aula educativa de educadores de nivel inicial en Chile, que se buscó responder a través de los objetivos específicos planteados: a) Identificar las principales diferencias y similitudes en sus trayectorias formativas y profesionales al interior del aula educativa; b) Analizar las dificultades y satisfacciones en sus trayectorias formativas y profesionales al interior del aula educativa; y c) Describir las recomendaciones para una política pública que favorezca la inclusión de hombres en este nivel educativo.
En cuanto a la metodología, se utilizó un enfoque cualitativo de carácter exploratorio descriptivo, y se seleccionó una muestra de cinco educadores de diferentes edades, años de actividad al interior del aula y regiones del país. La técnica de producción de información consistió en entrevistas semi estructuradas de profundidad individual, las cuales fueron analizadas de acuerdo a los postulados de la Teoría Fundamentada.
Los principales hallazgos y resultados del estudio dan cuenta en primer lugar de la naturalización de los estereotipos de género, por parte de hombres y mujeres vinculados a esta profesión y de otros actores de la comunidad educativa; y, en segundo lugar, de discriminaciones que recaen en los educadores a lo largo de sus trayectorias formativas y profesionales. Respecto a sus trayectorias formativas, las discriminaciones más recurrentes tienen relación con su condición minoritaria en términos numéricos y con los roles que les fueron asignados por ser hombres. Respecto a sus trayectorias laborales, el origen de las discriminaciones vivenciadas tiene que ver con el temor manifestado por las comunidades educativas respecto a la potencialidad de los educadores por ejercer acciones de abuso o maltrato con las niñas y niños al interior del aula educativa. Además, se recomiendan elementos para una política orientada a modificar las construcciones culturales sobre la distribución de roles de género.
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