Seguro que 2013 será un año intenso en educación. La agenda se abrió con el análisis de los resultados de la PSU. Es claro que la discusión, al parecer, irá más allá del instrumento (“termómetro” se le ha llamado), y se vinculará con la necesidad de contar con sistemas de ingreso a la educación superior que den mejor cuenta de su complejidad y de la diversidad de situaciones, necesidades y expectativas de los jóvenes y del país.
Este tema es parte de la discusión sobre educación superior que el país está teniendo, sobre garantías de calidad e inclusión en ella, sobre lucro y rol del Estado. Pero también sobre la calidad y pertinencia de nuestra educación secundaria, de lo que se habla menos, pero que cuya condición es particularmente crítica, especialmente la modalidad técnico-profesional y sus relaciones tanto con el acceso a la educación superior, como con el campo laboral.
Las candidaturas presidenciales serán, qué duda cabe, las encargadas de recoger las necesidades y aspiraciones de cambio y transformarlas en propuestas programáticas para el gobierno que sigue. En esas elecciones se jugará mucho de lo que los estudiantes y las familias han exigido en este tiempo. Es preciso construir mejores respuestas que las que tenemos para la refundar la educación pública, revertir los efectos de la segmentación social de la educación y de sus resultados, retomar los esfuerzos en educación inicial y básica, mejorar el desempeño y las capacidades de nuestros docentes y directores, entre otros.
Cuadernos de este mes incluye en su artículo central una propuesta sobre el cine, la memoria colectiva y las oportunidades educativas y una reflexión de Juan Eduardo García-Huidobro sobre PSU e ingreso de estudiantes a educación superior.
Les deseamos un buen 2013 a todos.
Carlos Concha Albornoz
