Desde el año 2006 se han presentado en el Congreso distintas iniciativas preocupadas de atender el fenómeno de la violencia escolar y garantizar una convivencia pacífica en los colegios. En mayo de este año se aprobó una de éstas en la Cámara de Diputados, la llamada ley sobre violencia escolar (difundida mediática y gubernamentalmente como “ley contra el bullying”). Fuera del parlamento, en la última década la temática ha acaparado portadas en prensa, promovido campañas ministeriales y alentado la difusión de nuevos términos (“bullying”, “acoso escolar”, “hostigamiento”). Su presencia y gravedad demanda acciones y caminos de solución, sin embargo, la necesidad de intervención no debe nublar el norte de la actividad educativa: la formación integral de todos los niños y adolescentes.