El movimiento estudiantil de universitarios y escolares superó, en duración y amplitud, al movimiento pingüino del 2006. En esta nota quisiéramos argumentar que el núcleo común de las movilizaciones, entonces y ahora, es su rechazo a la desigualdad educativa. Para hacerlo revisaremos sucintamente la importante desigualdad de la sociedad chilena, marco de la desigualdad sectorial en educación; caracterizaremos la desigualdad educativa y expondremos por qué opinamos que el núcleo de las demandas estudiantiles es más igualdad, tanto en la educación escolar como en la superior.