Self-study: Mi experiencia en prácticas de retroalimentación escrita
Por Javiera Bizama Villalobos
Egresada Carrera Pedagogía en Inglés 2021
En mi experiencia como estudiante y profesora en formación de la enseñanza del Inglés como Idioma Extranjero, la retroalimentación ha tomado un rol crucial en el desarrollo de mi identidad docente, pues me ha proporcionado herramientas claves para mejorar mis prácticas pedagógicas. Por otra parte, la situación sanitaria del COVID-19 y el nuevo Decreto 67, el cual busca dar un lugar valioso a la retroalimentación en las prácticas pedagógicas, suscitaron que ésta tomase un rol protagonista. En efecto, la carrera de Pedagogía en Inglés UAH, ha focalizado la entrega de mayor y constante feedback escrito a los estudiantes para orientar y motivar formativamente la enseñanza del Inglés. Mi trabajo de título titulado “A self-study on the influence that my feedback experience has had on my written feedback practices”, apuntó a conocer el tipo y estilo de feedback escrito que he recibido y el tipo y estilo de feedback escrito que he entregado a mis estudiantes, con el fin de conocer el impacto e influencia que éste ha tenido en mis prácticas para generar conciencia del tipo y calidad de retroalimentación que mis estudiantes recibirán.
Para esta investigación bajo el enfoque self-study utilicé 3 instrumentos como fuente de datos:1) notas retroalimentación sobre mi labor escritas por 5 profesores de la carrera 2) retroalimentación escrita por mi para estudiantes de quinto grado, y 3) retroalimentación escrita en mi calidad de ayudante universitaria.
Los resultados fueron analizados cualitativamente y revelaron una fuerte influencia en el tono y el estilo de retroalimentación dada y recibida. Es decir, un alto porcentaje del estilo de la retroalimentación escrita recibida había sido adoptada en mi estilo de dar feedback y el estilo de retroalimentación recibida era principalmente directa, correctiva, lingüística, clara, específica y positiva. De igual manera, se reveló que el feedback entregado a mis estudiantes era específico, claro y positivo. Brookhart (2018) consideró estas características como retroalimentación de calidad, ya que inspira a los estudiantes a decidir por sí mismos cómo continuar de una manera precisa y segura junto al uso de palabras cuidadosas, pero que, a su vez, comparte preguntas y preocupaciones sobre el desempeño de los estudiantes.
Un segundo descubrimiento fue que el estilo del feedback varía dependiendo del profesor que lo entrega, ya que responde al tono y la naturaleza emocional del mensaje de retroalimentación. De esta forma, el feedback escrito se vuelve una elección personal de palabras y estilos que varían según la identidad docente y las respectivas creencias que éste tenga. Además, se demostró una similitud entre el feedback recibido y entregado en términos del constructo lingüístico. Esto quiere decir, que la retroalimentación escrita que recibí de mis profesores durante mi formación docente fue consistente con el conjunto de habilidades a medir en las evaluaciones. En consecuencia, las evaluaciones no sólo se vuelven válidas, sino que además ayudan a comprender dónde se encuentra el estudiante en relación con su objetivo de aprendizaje. De esta forma, podemos ubicar la retroalimentación del aprendizaje del inglés en relación con el objetivo de aprendizaje (Álvarez, L. Ananda, S. Walqui, A. Sato, E. y Rabinowitz, S. 2014).
Este estudio reveló una mayor comprensión de la influencia que mi experiencia con la retroalimentación escrita ha tenido en mis prácticas de feedback y me hizo consciente del tipo de retroalimentación que mis estudiantes recibirán y cuán importante será incorporar instancias formativas en la sala de clases. Finalmente, este estudio concluye con la importancia de tener buenos modelos en la formación docente. Tras analizar la teoría, pude notar que recibí retroalimentación de calidad, ya que fue consistente con el foco de las evaluaciones y me ayudó a avanzar en mi aprendizaje. Pude ver el valor de tener mentores y modelos que puedan enseñar no solo en la teoría, sino que también a través de su propia práctica docente. De acuerdo con mi estudio, descubrí que enseñamos como fuimos enseñados y evaluamos como fuimos evaluados.
En conclusión, la retroalimentación, al igual que la evaluación formativa y el Decreto 67, son herramientas intrínsecas y esenciales que contribuyen positivamente al proceso de enseñanza-aprendizaje y a la mejora del aprendizaje de los estudiantes. De hecho, ofrecen una comprensión profunda y crítica de la retroalimentación y la evaluación que va más allá del hecho de ser evaluados. Esencialmente, la retroalimentación es una parte fundamental de todo proceso de evaluación que asegura la reflexión y motivación de los estudiantes en su proceso de aprendizaje. Es por ello, que las instancias formativas y de retroalimentación debieran incorporarse en la sala de clases y en cualquier ámbito educativo en la mayor cantidad posible. Considerando esto, uno de mis mayores desafíos como profesora luego de realizar esta investigación, será invitar a mis estudiantes a tener una visión crítica y abierta sobre la retroalimentación y las instancias formativas, con el fin de ayudarlos a disfrutar de su proceso de aprendizaje e ir más allá del hecho de ser calificados.
Referencias
Brookhart, Susan. (2018). Using feedback to improve learning. New York: Routledge.
Alvarez, L., Ananda, S., Walqui, A., Sato, E., & Rabinowitz, S. (2014). Focusing Formative Assessment on the Needs of English Language Learners. San Francisco: WestEd.
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