La enseñanza y aprendizaje de la oralidad en el aula, una investigación en didáctica del lenguaje
En años recientes, tanto las investigaciones en torno a la enseñanza y el aprendizaje del lenguaje como las evaluaciones nacionales e internacionales en el área han privilegiado la lectura y escritura, dejando de lado el interés en la oralidad. Esta evidencia llevó a Katerin Arancibia, graduada del Magíster en Didáctica del Lenguaje, a preguntarse respecto a la enseñanza-aprendizaje de la oralidad en aulas locales y más concretamente respecto a qué papel juega la comunicación oral en las clases de los profesores de lenguaje de IIº medio en establecimientos municipales, subvencionados y particulares.
Uno de los propósitos fue contrarrestar supuestos erróneos tales como la poca relevancia que se le ha asignado a la oralidad y suponer que se adquiere de modo innato y, por ende, no necesita ser trabajado en profundidad. Gracias a una investigación descriptiva y cualitativa realizada en tres escuelas, con seguimiento intensivo a tres profesores y una encuesta a otros 60 docentes, Katerin pudo establecer que la oralidad recibe un tratamiento más bien ocasional e intuitivo, esto por diversos motivos. Por una parte, los docentes no cuentan con una formación inicial solida que los oriente y por otra, los programas curriculares locales solo promueven una enseñanza oral espontanea o débilmente planificada. Esta más bien se subsume a los contenidos de las distintas unidades de aprendizaje y estándares nacionales tales como los medidos en SIMCE.
Sin embargo, los profesores consideran que la oralidad es una herramienta que condiciona la participación exitosa de sus estudiantes en la vida social, cultural y laboral. Por ende, están de acuerdo en que se debería trabajar de manera más seria, detenida y específica, desarrollando actividades que permitan a los estudiantes escapar de un lenguaje mas informal y familiar, para contextualizarlos en uno más formal que no solo requiere hablar bien, sino que construir un discurso coherente, atractivo y que capte la atención de sus oyentes gracias a la conjugación de lo verbal, no verbal y paraverbal.
En definitiva, Katerin gracias a su trabajo de grado, concluye que el ser humano es un ser social, por lo que una de las competencias básicas que debería desarrollar es una creciente y cada vez más profunda oralidad.
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