Pamela Lara, académica UAH: “En Texas los estudiantes se dieron cuenta a qué nos referíamos con promover el pensamiento crítico”
En septiembre de 2019, nueve estudiantes de cuarto año de Pedagogía en Inglés junto a la académica Pamela Lara, Coordinadora de Experiencias Laborales del programa viajaron a la ciudad de San Antonio en Texas, Estados Unidos y vivieron una pasantía por dos semanas gracias a la adjudicación del fondo “100K Strong in the Americas”, al que postuló UAH en conjunto con Texas State University, con el Proyecto “MID Texas-Chile Migración, Inclusión y Diversidad en escuelas primarias y secundarias de Texas y Chile”.
El objetivo del proyecto fue promover experiencias en contextos multiculturales con un enfoque de inclusión y diversidad, desde la práctica docente. Antes de su viaje y durante el primer semestre de 2019, el grupo de estudiantes participó en una serie de talleres y mesas redondas de conversación con académicos de Texas State University quienes viajaron a Chile y debatieron sobre los desafíos profesionales en contextos interculturales, así como prácticas antidiscriminatorias y aspectos del sistema educativo en Texas.
A más de un año de esta vivencia, conversamos con Pamela Lara, académica a cargo del grupo, y con Bastián Jiménez, uno de los 9 estudiantes que tuvo la oportunidad de viajar gracias a esta beca. La experiencia para ambos fue significativa y más aún en el contexto en que se dio. Una semana después de su llegada a Chile, ocurrió el estallido social en nuestro país. La desigualdad del sistema educativo, fue uno de los temas que los estudiantes abordaron durante su paso por Texas. Esta crisis cambió los planes del proyecto, ya que la segunda etapa consideraba implementar las planificaciones de los estudiantes en aulas chilenas y no se pudieron realizar.
Pamela Lara recuerda con claridad el viaje que le tocó liderar el año pasado, y las repercusiones que ha tenido en el enfoque de las prácticas laborales de su carrera. Ella estuvo a cargo de acompañar a los nueve estudiantes en una apretada agenda de actividades en Texas, y que consideró clases con los estudiantes del programa de educación, visitas a escuelas y entrevistas con distintos miembros de las comunidades educativas. Así también, la experiencia incluyó asistir a actividades culturales y otras acciones que apoyaban la integración de inmigrantes.
Durante su estadía, los participantes tuvieron la posibilidad de participar en una conferencia que hizo la universidad y hablar sobre el sistema educativo en Chile. “De cierta manera anticipamos que esto no daba más, se reflexionó sobre la inequidad y presentíamos que algo iba a pasar. La idea era que los estudiantes implementaran sus planificaciones en los colegios donde los estudiantes trabajaban, pero con el estallido social en Chile todo quedó en suspenso”, explica Pamela, quien a raíz de esta experiencia elaboró un artículo -en proceso de publicación- con una académica de Texas sobre integración y cómo el proyecto en sí aportó a las competencias globales de los estudiantes, desde un análisis de sus planificaciones de clases.
A más de un año, ¿qué reflexiones surgen a partir de esta experiencia?
Este viaje me sirvió también para darme cuenta de lo que había que mejorar en las experiencias laborales, cambiar ciertos enfoques e integrarlos en las prácticas. A pesar de la pandemia, las evaluaciones en los cursos han sido súper positivas, de crear conciencia sobre la interculturalidad y de potenciar el trabajo colaborativo. A nivel carrera podemos tener una unidad de inclusión, pero no hablamos del uso del idioma con la llegada de inmigrantes, del uso del español, qué pasa con este choque cultural en la sala de clases. Hemos ido abriendo esos espacios dentro del programa, y creando conciencia en los estudiantes de que se pueden encontrar con esto.
Las prácticas ahora tienen un nuevo enfoque.
El artículo que estamos preparando apunta a cuestionar cuál es el propósito de la enseñanza del inglés en Chile. Quedarnos en lo lingüístico y desarrollar una competencia comunicativa que les permita hablar en inglés o realmente contribuir a la inclusión y al respeto por otras culturas. Mirando documentos antiguos uno se da cuenta de que los artículos giraban en torno a la cultura de los países de habla inglesa. Hoy en día ya no.
A raíz del estallido, nosotros tomamos conciencia de lo que tenemos que hacer en la formación de profesores. Y con la experiencia en Texas, nos dimos cuenta de que el español puede ser una herramienta dentro de la sala de clases, no el idioma para hacer la clase, pero definitivamente sí para mediar la comunicación y dar a los estudiantes la oportunidad de demostrar otros aprendizajes adquiridos en la sala de inglés, que vayan más allá de lo lingüístico. Sin embargo, esto definitivamente tiene que ser bien planificado, porque de otra manera se puede interpretar erróneamente el rol del español. No debemos olvidar que es una clase de inglés donde el profesor puede ser el único referente lingüístico. Creo que ese es el aprendizaje principal. El tema de la conciencia cultural es algo que empezamos a promover desde el año pasado. Entonces nuestros alumnos no lograban entender cómo hacerlo. Y estando allá se dieron cuenta a qué nos referíamos con el pensamiento crítico, con reconocer la cultura, y eso ha cambiado la manera de mirar las prácticas.
¿Qué aspectos de la formación pudieron reafirmar a partir de este viaje?
Los estudiantes sentían que no tenían tan buen nivel de inglés. Pero allá quedaron gratamente sorprendidos de lo bien que se relacionaban a nivel académico y también informal. Su nivel de conocimiento y profundidad de reflexión. Quedaron interesados en nuestra manera de trabajar. Eso reafirma que lo estábamos haciendo bien en el programa y estamos respondiendo a las necesidades de nuestra sociedad. Creando conciencia de su rol como educadores, y creo que eso subió mucho su autoestima, además de reforzar su vocación y su identidad como profesores de la UAH.
En cuanto a los desafíos, tenemos que dar más instancias de modelar prácticas positivas. En los colegios no necesariamente tienen la posibilidad de integrar estos aspectos, de promover la diversidad. Como programa tenemos que reinventarnos. Esto nos ha llevado a generar un trabajo integrado con metodologías y nos hemos preocupado de revisar los programas.
El estudiante hoy cursa quinto año de Pedagogía en Inglés, y se encuentra en pleno proceso de terminar su tesis y preparar la defensa. Gracias a la beca de pasantía, pudo viajar por primera vez fuera de Chile y vivir, a su juicio, una experiencia enriquecedora en todos los sentidos. La visita previa de los académicos de Texas les permitió tener una base para enfrentar su estadía, “realizaron charlas sobre cómo abordar la educación intercultural y el bilingüismo y cómo desarrollar una sociedad donde los idiomas coexisten, entendiendo que unos tienen poder sobre otros, pero reforzando que debe haber una armonía al momento de aprender”, comenta.
¿Qué temas abordaron en la pasantía?
El objetivo de la carrera es tratar de plantear el idioma de una forma más justa y democrática. Fue una buena combinación haber participado en este proyecto porque se entendía el mundo de una forma similar.
En el viaje abordamos distintas cosas de la pedagogía en inglés. Aprendimos técnicas para implementar mejor la enseñanza del inglés y también visitamos seis colegios donde aprendimos cuan distinto es el paradigma de la enseñanza de un idioma o de las clases que se imparten. Me llamó mucho la atención en cómo entregaban herramientas para la vida. Por ejemplo, si uno quería ser artista aprendía teoría y también formaba parte de una banda. Si alguien tenía interés por animales, había espacio para ello. Conocimos lineamientos curriculares que tienen en las distintas etapas del desarrollo de los estudiantes, era entretenido ver cómo se desarrollaba el aprendizaje.
Entiendo que tuvieron una agenda intensa.
Fueron dos semanas de muchas actividades. Presenciamos un city council, una especie de consejo municipal con personas que representaban un condado, y se abordó el abuso de drogas y como afectaba a una comunidad completa y su salud mental. También visitamos universidades donde nos daban charlas de distintos temas, entre ellas cómo maximizar las oportunidades de aprendizaje a través de un esquema de planificación de clases, muy similar a lo que hacemos acá. Y asistimos a clases de postítulo con temas de educación bilingüe.
¿Cómo fue llegar a Texas y ver in situ tu nivel de inglés?
Fue una interacción gradual. Y fue bueno haber conocido a los académicos previamente en Chile y así tantear el terreno en una situación aislada. Allá no tuvimos problema. Todo fluyó, la universidad promueve mucho la interacción y el uso del lenguaje hablado es fundamental en toda la carrera. Tenemos una base muy sólida para poder interactuar de manera efectiva.
De cara a tu experiencia profesional a futuro, ¿qué rescatas de esta pasantía?
Dentro del viaje hicimos bastante hincapié en el tema de la justicia social, el pensamiento crítico y veo que es un enfoque transversal en la carrera. En cómo darle importancia al lenguaje, a la lengua materna, permitir la flexibilidad en los idiomas. Durante este año nos hemos reunido de manera virtual con participantes de postítulo que conocimos allá, para poder intercambiar nuestras nociones y ver desde una manera crítica los sistemas educativos de ambos países.